La utilización de estos hábitos genera una galardón que fue prometida por la virgen el día de su aparición en monte Carmelo. Por esto se creó una forma de que los fieles no ordenados aún pudiesen obtener la remuneración. Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, y la Virge